Diez años ha costado sacar adelante el proyecto, pero ya está aquí: el primer aerogenerador de propiedad compartida del sur de Europa fue oficialmente inaugurado ayer. El proyecto nació efectivamente hace ya una década, en una fiesta de amigos de la eólica que decidieron constituir una sociedad limitada -Eolpop SL- para demostrar que la fuerza de la sociedad es ilimitada. Y lo han conseguido. En el país del oligopolio, las puertas giratorias y el impuesto al Sol, poner en marcha un aero de tres millones de euros solo con las aportaciones de la gente… es posible. En la iniciativa participan casi 500 familias y entidades de la sociedad civil, como la cooperativa Som Energia, la comercializadora de kilovatios verdes Gesternova o la oenegé ecologista Greenpeace.
Iniciativas como esta -explica Greenpeace en un comunicado- constituyen «el primer paso para cambiar el modelo energético», un modelo en el marco del cual la ciudadanía -apuntan los ecologistas- debe poder ejercer sin trabas su derecho a generar su propia energía, «tal y como se hace en muchos países europeos, como Dinamarca, Bélgica, Reino Unido o Francia». Pues bien, para predicar con el ejemplo, la organización ecologista ha decidido participar en esta iniciativa pionera. Lo ha hecho mediante un contrato bilateral financiero (véase) especialmente diseñado «para que la demanda de electricidad de Greenpeace en España esté cubierta de forma horaria por la producción del aerogenerador o, en su defecto, por otra instalación renovable». Este contrato, redactado entre Greenpeace, Eolpop (promotor de Vivir del Aire del Cielo, que así se llama el proyecto) y mediado por la comercializadora Gesternova (representante del aerogenerador en el mercado eléctrico) está a disposición -informa la oenegé- de cualquier persona o entidad que lo quiera replicar para financiar otro nuevo proyecto comunitario de energías renovables o como vía alternativa para participar en Vivir del Aire del Cielo además de la inversión directa.
Gente trabajando para mejorar el mundo con soluciones reales para problemas urgentes
Greenpeace explica, en el comunicado que ha difundido hoy, que «es esencial apoyar a las personas que están colaborando para mejorar el mundo, creando soluciones reales a problemas ambientales y sociales urgentes». La organización ecologista destaca por otro lado que iniciativas como esta no solo persiguen el objetivo de «expulsar la energía contaminante del sistema eléctrico» (sustituyéndola con electricidad limpia), sino que, además, «hacen visible que la ciudadanía, de forma individual o colectiva, puede tomar el control de su energía». Además -concluye la oenegé-, «con el contrato suscrito, Greenpeace tiene la certeza de que la electricidad que compra se está produciendo en todo momento y al 100% con generadores renovables concretos.»
La oenegé anima a todo el mundo a sumarse a iniciativas similares
Según Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace, «la transición energética ya ha empezado y es imparable. Pero, para que ocurra lo suficientemente rápido como para salvar el clima -ha matizado-, deberán sumarse millones de personas a la producción y el intercambio de energía limpia”. En ese sentido, Pizzinato ha criticado muy duramente al Ejecutivo Rajoy: «es necesario -ha dicho la responsable de la campaña de Energía de Greenpeace- que se reconozca que generar, consumir, intercambiar, almacenar o vender energía renovable, tanto de forma individual como colectiva, es un derecho de la ciudadanía, al contrario de lo que pretende el Gobierno español”.
Frente al terrorismo regulatorio del Ejecutivo Rajoy y su política de amordazamiento de la iniciativa ciudadana, Greenpeace apuesta por «acelerar la implementación de alternativas efectivas para que la ciudadanía pueda abrazar el cambio y participar en la generación de energía renovable». Para ello, la organización está diseñando un mapa con las iniciativas existentes actualmente (como Vivir del Aire del Cielo), que hará público próximamente.
Además, los ecologistas piden al Gobierno español que, en el marco de las negociaciones de la nueva política energética europea a 2030, impulse la apertura del sector de la energía a todas las personas facilitando que se repliquen proyectos como el aerogenerador comunitario.
Nota de Greenpeace sobre el contrato
Consiste en una compra por adelantado de la electricidad que la organización estima consumirá durante los próximos 25 años en su oficina y almacén en Madrid. El pago por adelantado a Eolpop, la entidad promotora del aerogenerador Vivir del Aire del Cielo, servirá a esta para desempeñar el mantenimiento del aerogenerador durante su vida útil. Greenpeace, en lugar de recibir un retorno a cambio de una inversión, recibirá un descuento en su factura de la luz y la garantía de que, de forma horaria, la electricidad que compra sea producida por el aerogenerador Vivir del Aire del Cielo o por otra instalación renovable de la cartera de la comercializadora Gesternova.
Las personas interesadas en el proyecto Vivir del Aire del Cielo o en el mapa que Greenpeace publicará próximamente sobre las iniciativas comunitarias de energía renovable pueden contactar con Greenpeace a través del correo info.es@greenpeace.org
- Los protagonistas: Greenpeace, Gesternova, Eolpop y la gente (familias y entidades) que se ha comprometido con este proyecto
- El contrato
- La historia del primer aerogenerador de propiedad compartida del sur de Europa: ¿Y si pagamos entre todos el aero?
¿Y cómo está la cosa a día de hoy, víspera de la inauguración?
Pues 480 son las personas y/o entidades que ya se han vinculado a esta iniciativa, y que han comprometido un capital que supera los dos millones, doscientos mil euros (algo más del 70% del total necesario para materializar el proyecto). Entre las muchas entidades –asociaciones y pequeñas empresas– que participan en Viure de l’aire del cel (Vivir del aire del cielo), están las bodegas (vino ecológico) Albet i Noya, Els Verds Alternativa Verda, la comercializadora de electricidad 100% renovable Som Energia, Arç Cooperativa, la Associaci’o de veïnes y veïns de Vilanna–Bescanó, Clatovall Consultors, el Colegio de Ambientólogos de Cataluña, la empresa de no lucro Ecooo, Estebanell Energia, Greenpeace, EuroSolar, el Grupo de Científicos y Técnicos por un Futuro no Nuclear, el restaurante Lasal del Varador, Normawind, Prat & Rebugent SL, Vortex y la Asociación Vida Sana.
“De los 3.050.000 euros del coste total del proyecto –apunta Pep Puig–, más de dos millones de euros están siendo aportados por los partícipes y un millón procede de un crédito blando de la cooperativa Som Energia, crédito que tenemos que devolver en un año”. La iniciativa, que está a punto de cristalizar por fin, continúa pues –aviso para navegantes que quieran subir a bordo– abierta a la participación. De hecho, hace solo unos días, Eolpop anunció que la cooperativa griega ElectraEnergy se ha adherido al proyecto para, además de ayudar a sostenerlo participando económicamente, aprender de la experiencia y reproducirla en Grecia. En fin, que la madre de todas las revoluciones, la energética (big bang), empieza hoy.