Los hábitos energéticos en nuestras viviendas es un asunto muy poco conocido en España. Arrastramos un déficit de información acerca de cómo será la transición desde la edificación actual hacia los edificios de consumo de energía casi nulo, pese a que apenas quedan dos años para que entre en vigor la directiva europea que obliga a que todos los edificios sean de consumo energético casi nulo.
Con la finalidad de conocer la situación de partida y la mejor forma de actuar, Passivhaus Consultores, junto con las empresas Knauf Insulation, Roto-Frank, Griesser, Inn Solutions y Zehnder han realizado un estudio sobre el usuario potencial de los edificios de consumo de energia casi nulo (ECCN), que acaba de presentar en el marco de la feria ePower&Building, en Ifema.
Realizado entre los meses de junio y septiembre de 2017 a 1.100 personas mayores de 30 años y residentes en todos el territorio español, el estudio Pssivhaus analiza, en primer lugar, el conocimiento que tienen los ciudadanos sobre cómoda afectan las condiciones de la vivienda a la salud de sus inquilinos: un 18% de los encuestados no relaciona directamente la salud y el bienestar con las características de su hogar, mientras que algo más del 24% cree que le afecta, pero solo en los meses de muchos calor o frío.
En otras palabras, el 58% de los usuarios identifica una relación causa-efecto entre salud y condiciones de la casa. Es un porcentaje alto, pero relativamente bajo en relación a la dimensión de la pregunta ya que hay todavía un porcentaje muy elevado, el 42%, que no está seguro o que, directamente, no lo relaciona.
A la pregunta de ¿Qué es lo que influye en su casa para que no tenga confort? hay una dispersión enorme en la capacidad del usuario de identificar las soluciones que antes, durante y después, son responsables de la relación casa-confort- salud. «El usuario percibe el impacto, pero no sabe a ciencia cierta como mitigarlo o por donde comenzar», señalan los responsables del estudio. Así, mientas que casi el 45% señala como causa principal la diferencia de temperatura en las habitaciones, un 28% lo achaca a la falta de calidad de las ventaneas, y el 25% al polvo, la humedad y las sequedad en el ambiente.
En lo que hay mayor quorum –52,50%– es en lo difícil que resulta ahorrar energía por culpa de los hábitos/horarios de vida. Sin embargo, según Leaman y Bordass, las reacciones bajo las cuales el usuario ajustará o intentara adaptar su comportamiento y decisiones en dirección a los ECCN-PH, serán las relacionadas con, y por este orden: ventanas; control solar; calor; frio; iluminación; ajuste de la vestimenta; moverse a otro espacio; comprar o rehabilitar.
En el estudio Passivhaus también se ha preguntado a los ciudadanos si han oído hablar de los edificios de consumo casi nulo. Un 56% dice que sí, pero el lugar de residencia es determinante en esta respuesta. El desconocimiento es mayor en aquellas comunidades en donde la impronta de la Administración ha sido menor, caso de Murcia, Andalucía, o Galica. En el otro lado se encuentran Madrid, Cataluña, La Rioja o Navarra.
Otras conclusiones de este estudio son que el usuario tiene una imagen muy convencional de la ventilación (el 76% considera que la clave es abrir las ventanas todos los días) y del aislamiento, con los cerramientos como protagonistas casi absolutos de la ventilación y salud de la casa.