Julieta Schallenberg, viceconsejera de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía, Alberto Hernández, director general de energía, Enrique Rodríguez de Azero, presidente de honor de ACER, y Juan Alberto Gutiérrez, presidente de Asinelte, debaten sobre la crisis energética en las islas.
Uno de los retos más importantes que afrontará Canarias en los próximos años es la renovación de las infraestructuras de energía, en la que parte de una situación muy delicada debido a la obsolescencia de las centrales térmicas.
Obsolescencia del sistema
Julieta Schallenberg, viceconsejera de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Energía del Gobierno de Canarias, señala que la penetración de renovables ha sido más lenta de lo que desearían, quedando el sistema en manos de unas infraestructuras obsoletos que hacen aún más difícil la penetración de las renovables: «Son los más obsoletos del país y los únicos que funcionan con fuel-oil».
Recuerda que el problema se remonta a cuando hace diez años se promulgó una ley para estimular la competencia en el sector, norma que impedía que Endesa, que actuaba en régimen de monopolio en las islas, llevara a cabo la renovación de los equipos sin que se produjera un concurso de libre concurrencia.
Pero lo cierto es que, en todo este tiempo, no ha habido ningún concurso y se ha llegado a una situación de completa obsolescencia con equipos que ya tenían que haber sido retirados: «Hemos perdido más de diez años y nos hemos estancado».
A esto se suma el parón en las energías renovables, debido a los muchos recursos judiciales y a la renuencia de algunas administraciones. La viceconsejera entiende que se tiene que trabajar en las dos vías: tanto el incremento de las energías renovables como la renovación de los actuales sistemas.
A este respecto, indica que las energías renovables no se instalan «en las nubes», sino en un territorio, en islas con más del cincuenta por ciento de espacio protegido, y con una competencia «feroz» por el territorio, que se disputan el turismo y las demandas residenciales.
«Darle la vuelta a la situación»
Por su parte, Aberto Hernández, director general de Energía del Gobierno de Canarias, indica que uno de los problemas que han sufrido las islas es que «se planifica mucho, pero no se llega a ejecutar todo por la lentitud de los procedimientos». Debido a esto, el sistema ha ido envejeciendo.
No obstante, señala que en esta legislatura se han propuesto «darle la vuelta a la situación», comenzando por la puesta en marcha del concurso exprés, pues, a su juicio, «lo que no podemos es no hacer nada en los próximos ocho o diez años».
Entiende que la planificación tiene que ser «ambiciosa» y después se llegará hasta donde sea posible. Para ello es preciso simplificar la burocracia «tanto como sea posible». A este respecto, indica que los funcionarios de la administración regional están «muy comprometidos».
«No le damos la importancia que esto tiene»
Juan Alberto Gutiérrez, presidente de la asociación de empresas de instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones de Santa Cruz de Tenerife (Asinelte) y vicepresidente de Femete, señala que la situación es «caótica», siendo los más contaminantes del país: «No es fácil de solucionar».
Indica que la posibilidad de un cero energético en islas como Gran Canaria o Tenerife es «muy grave»; «Imaginemos lo que podría pasar. No le estamos dando la importancia que esto tiene». A este respecto, señala que no tiene sentido tener una infraestructura turística de nivel mundial «con estos sistemas tan frágiles».
Considera que la energía es otra forma de diversificar la economía canaria: «Se trata de una oportunidad que no podemos desaprovechar».
Renuencia de algunas administraciones
Finalmente, Enrique Rodríguez de Azero, presidente de honor de la asociación canaria de energías renovables (Acer), lamenta que hayan pasado tantos años sin acometer las acciones necesarias, lo que ha ocasionado «un cuello de botella».
Señala que no se han cumplido los planes y la situación es cada día «más complicada». Considera que la solución pasa por incrementar el almacenamiento para las energías renovables, tanto químicas como hidráulicas para aportar solidez a la red, «pero también hay que actualizar los equipos actuales, introduciendo el gas, como hemos dicho desde hace muchísimos años. Estamos lejísimos de donde deberíamos estar».
Asimismo, considera que no se puede obviar la escasez de funcionarios, que genera lentitud en la administración, así como la renuencia de algunas administraciones con las energías renovables.